NUESTRO TIEMPO
Hemos sido testigos de situaciones como guerras, incendios, inundaciones, extinción de especies y cambios significativos en la temperatura global.
​
Estos sucesos están ocurriendo con mayor frecuencia e intensidad en todo el mundo y nos afectan directa o indirectamente.
​
Según el Informe de Síntesis sobre el Cambio Climático, publicado por el IPCC en 2023, el planeta se ha calentado más desde 1970 que en cualquier otro periodo de 50 años, lo que se debe a la acción humana.
​
El informe plantea que más de 3.300 millones de personas en todo el mundo viven en situaciones de vulnerabilidad medioambiental, como inseguridad alimentaria e hídrica. Esta cifra representa casi la mitad de la población actual del planeta.
​
Quienes se encuentran en un contexto de subdesarrollo económico tienen más probabilidades de sufrir los impactos de la devastación provocada por un estilo de vida basado en la sobreproducción y el consumo excesivo.
​
Para que se hagan una idea de la realidad brasileña, en 2020 el Pantanal, bioma que alberga una rica diversidad de flora y fauna, así como cuencas hidrográficas, sufrió incendios que afectaron a unos 39.000 km², el 26% de su extensión. El suceso provocó una enorme pérdida de plantas, la muerte de millones de animales y la destrucción de las comunidades humanas locales. Otros estados del país también vieron afectada su calidad del aire. En 2024, nuevos incendios destruyeron 7.600 km², quemando un total del 31% del bioma.
​
A principios de 2024, partes del sur de Brasil desaparecieron bajo las aguas provocadas por el desbordamiento del río Guaíba. Cientos de personas murieron y miles perdieron sus hogares.
​
Ante la inestabilidad del clima, resultado de una relación abusiva con el medio ambiente, la tendencia es que cada vez más personas experimenten los síntomas de lo que se ha etiquetado y difundido como ansiedad climática y angustia climática.
​
La ecopsicología coincide con la perspectiva del Informe de que «la vulnerabilidad humana y la de los ecosistemas son interdependientes».
Así que cuando hablamos de salud y bienestar humanos, tenemos que empezar a considerar la salud y el bienestar del planeta.